En
un mundo que constantemente busca culpables externos de nuestras fallas
personales, académicas y laborales, tales como nuestros padres, nuestro núcleo
familiar, nuestros maestros, nuestras instituciones y un sin fin de personajes
y entornos que juegan un papel importante en el desarrollo de nuestra vida
social y personal. Se hace necesario encontrar y definir nuestra motivación,
sueños, metas, debilidades, fortalezas y nuestros verdaderos autores de las
decisiones que tomamos. Y es en esta búsqueda donde constantemente surgen
conceptos como el autoconocimiento y la auto motivación en pro de obtener
procesos de aprendizaje autónomo, claros y efectivos.
¿Pero
que tan fácil puede ser llegar al aprendizaje autónomo cuando en muchas
ocasiones la información es menos veras, más libre y menos organizada?
Realmente se hace sencillo cuando partimos de la autodisciplina, la planeación,
la aceptación y la introspección para lograr inferir contenidos que nos sean
claros y fáciles de aplicar, de acuerdo a nuestro propio proceso de aprendizaje
y no limitarnos a ser simples espectadores de nuestra formación.
En
este sentido, es importante tener en cuenta que existen unas series de
condiciones que hacen posibles el aprendizaje autónomo, como lo son: el
propósito personal, una situación específica, aprender haciendo y la
interacción social. Todas ellas permiten que podamos definir que nos mueve a
aprender, como implemento lo que sé en mi día a día y como lo logro compartirlo
con los demás para llegar al verdadero autoaprendizaje. Basado en la lectura
Argüelles, D., & Nagles (2010).
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